El índice de desempleo en Colombia en 2006 fue del 12%, superior al 11,7% registrado en el 2005, según el Departamento Nacional de Estadísticas (DANE). Se destacó que el desempleo ha ido descendiendo de forma gradual y es menor que el 15,7% de 2002, el 14,1% de 2003 y el 13,6% de 2004.
Según las anteriores cifras, se contempla un buen panorama social de personas ocupando un puesto o realizando una actividad independiente, sin embargo, esto no garantiza que las personas empleadas estén desempeñando las labores que profesionalmente les corresponde. Del total de personas con empleo, 7,2 millones tienen un empleo informal.
Así como el empleo informal ha venido ganando terreno, el empleo temporal ha crecido aceleradamente en los últimos años, duplicando su participación en la ocupación formal del sector privado, al pasar de 9% en el 2003 a 18% en el 2005.
En dicho periodo, según las cifras de la Asociación Colombiana de Empresas de Servicios Temporales (Acoset), los trabajadores en misión, como se les denomina a las personas contratadas bajo esta modalidad, aumentaron a 64,1%.
¿De qué manera se benefician las empresas con esto? Les sirve para atender oportunamente los aumentos de pedidos de productos y servicios que se registran periódicamente (fin de año, época de vacaciones) sin tener que conservar una nómina de manera permanente.
En consecuencia, con la temporalidad el empresariado evade obligaciones con la seguridad social de los trabajadores al no afiliarlos a salud, pensiones y riesgos profesionales ni contribuir con sus aportes a las cajas de compensación, Sena y Bienestar Familiar.
Frente a ello, los derechos económicos de los trabajadores, luego de muchos debates y presiones del Gobierno, condicionó a las compañías de servicios temporales y estableció que las empresas que contraten con ellas deben vigilar que aquellas paguen los aportes a la seguridad social.
Así pues, es difícil contemplar con exactitud la tasa de desempleo en el país, ya que la economía informal y el empleo temporal no son constantes durante el año de estudio y además, dentro de esas cifras hace falta una objetividad mayor al referirse a toda una población de más de 42 millones de personas. Lo que sí se puede asegurar es que así como cada día crece el desempleo, por añadidura la inseguridad y la pobreza también, y del mismo modo, el “rebusque” o la economía informal que llaman ahora.
Personalmente, al respecto, sugiero que primero que todo se debe subsanar el problema de la educación, una de calidad, no la que todos profesan y no cumplen dentro de las aulas.
Posteriormente, sí se deben estudiar las tasas de desempleo y las principales razones que la generan. Teniendo este panorama, es importante ver las consecuencias que genera: pobreza e inseguridad colectiva, que más tarde se convertirá en una situación difícil de solucionar, es como una bola de nieve que va creciendo.
Según las anteriores cifras, se contempla un buen panorama social de personas ocupando un puesto o realizando una actividad independiente, sin embargo, esto no garantiza que las personas empleadas estén desempeñando las labores que profesionalmente les corresponde. Del total de personas con empleo, 7,2 millones tienen un empleo informal.
Así como el empleo informal ha venido ganando terreno, el empleo temporal ha crecido aceleradamente en los últimos años, duplicando su participación en la ocupación formal del sector privado, al pasar de 9% en el 2003 a 18% en el 2005.
En dicho periodo, según las cifras de la Asociación Colombiana de Empresas de Servicios Temporales (Acoset), los trabajadores en misión, como se les denomina a las personas contratadas bajo esta modalidad, aumentaron a 64,1%.
¿De qué manera se benefician las empresas con esto? Les sirve para atender oportunamente los aumentos de pedidos de productos y servicios que se registran periódicamente (fin de año, época de vacaciones) sin tener que conservar una nómina de manera permanente.
En consecuencia, con la temporalidad el empresariado evade obligaciones con la seguridad social de los trabajadores al no afiliarlos a salud, pensiones y riesgos profesionales ni contribuir con sus aportes a las cajas de compensación, Sena y Bienestar Familiar.
Frente a ello, los derechos económicos de los trabajadores, luego de muchos debates y presiones del Gobierno, condicionó a las compañías de servicios temporales y estableció que las empresas que contraten con ellas deben vigilar que aquellas paguen los aportes a la seguridad social.
Así pues, es difícil contemplar con exactitud la tasa de desempleo en el país, ya que la economía informal y el empleo temporal no son constantes durante el año de estudio y además, dentro de esas cifras hace falta una objetividad mayor al referirse a toda una población de más de 42 millones de personas. Lo que sí se puede asegurar es que así como cada día crece el desempleo, por añadidura la inseguridad y la pobreza también, y del mismo modo, el “rebusque” o la economía informal que llaman ahora.
Personalmente, al respecto, sugiero que primero que todo se debe subsanar el problema de la educación, una de calidad, no la que todos profesan y no cumplen dentro de las aulas.
Posteriormente, sí se deben estudiar las tasas de desempleo y las principales razones que la generan. Teniendo este panorama, es importante ver las consecuencias que genera: pobreza e inseguridad colectiva, que más tarde se convertirá en una situación difícil de solucionar, es como una bola de nieve que va creciendo.
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